Cuando tienes luz en la cocina puedes jugar con toda clase de tonalidades y puedes elegir colores oscuros en tus muebles, que asientan la estancia y la llenan de elegancia
Nos vamos al centro de Madrid, a una preciosa vivienda en la calle Velázquez. Allí su propietaria nos abre las puertas de su casa y por supuesto de lo que mas nos importa, su cocina.
Para este espacio amplio lo que mas nos llama la atención no es la cocina, sino su espectacular terraza. Una deja llevarse por la imaginación y se ve allí, tomando el vermut, o disfrutando de los primeros rayos de sol de la primavera. Por lo que ya de por sí, la estancia es más que agradable.
La cocina está rodeada de luz, de una luz que se cuela por todas las rendijas, y que le da aire y una sensación de libertad y frescura. Es por eso que a la hora de amueblarla los tonos que se eligieron fueron grises, para asentar y poder moldear el espacio, sin que toda esa luz deslumbrara demasiado.
El modelo elegido fue el Boston, con una puerta de 25 milímetros de grosor lacada en mate tacto seda en color gris topo. Una puerta especial, al haber sido manipulada al rebajarla en el plafón y que fuera un único bloque. Además se buscó la simetría en todas las puertas de arriba haciendo las medidas especiales para que todo coincidiera y para que nada interfiriese en la linealidad se eliminó el tirado, integrando un uñero escondido en la puerta.
El interior de los armarios, de gran capacidad, van en roble y cuando se abren se descubre todo un mundo en cuanto a almacenaje. La cocina dispone de zona de escobero, que se ha ubicado en la esquina, para dejar la parte diáfana para elementos voluminosos y en la superficie superior para alta capacidad.
La encimera, la isla y las traseras son todas el modelo Calakatta Gold de la firma Silestone. La blancura de la piedra hace resaltar aún más la luz que entra tanto de la terraza como de la ventana lateral, dando una sensación de naturalidad a la habitación.
En cuanto a los electrodomésticos son Balay, con estética de negro puro y con el lavavajillas, lavadora y frigoríficos integrados.
Al microondas se le buscó un hueco que fuera cómodo y que guardara la línea de la cocina, apostando por un microondas sobreencimera que aprovecha una esquina y la amplitud de la piedra.
El fregadero es un Sirius de Franke, eligiendo un material que aguanta hasta 300 grados de temperatura, como es el Tectonite. Esta variedad de fregadero no sufre arañazos, no empeora con el tiempo y se puede poner de varios colores haciendo juego con la encimera. Bajo él, se encuentran incorporados los cubos de basura para un mejor reciclaje.
En el centro de la cocina, una gran isla que se ha hecho especial, ya que su profundidad es de 70 centímetros, dejando libre el paso hacia la terraza. En la parte interior de la isla se encuentran los taburetes, que dejan disfrutar de las vistas si uno no quiere salir a la terraza y en la parte exterior se encuentras todas las gavetas de almacenaje.
Una cocina amplia y bien distribuida donde se puede disfrutar de grandes momentos y donde siempre apetece estar ya sea un dia soleado o lluvioso. Un proyecto realizado por Pedro Baños lleno de pasión y de mucha originalidad.
FOTOGRAFÍA: Yolanda Bermúdez
TEXTO: Sonia Baños