Roma, la cuna del mundo, el centro de todo y por lo tanto, de la cocina. Los grandes palacios tenían grandes equipaciones donde los esclavos sacaban suculentos platos desde estancias separadas del resto para no llenarlas de humo y malos olores. Pero fuera de los palacios la sociedad cocinaba en grandes lugares públicos o en sus hogares con estufas móviles de bronce donde podían encender un fuego que normalmente estaba en el suelo junto a la pared, sin chimenea al exterior y la estancia estaba a oscuras y sucia debido al hollín.
La llegada de la chimenea fue un gran paso para las cocinas. Hizo que éstas se subieran al piso de arriba y permitieron que al menos se pudiera respirar es la estancia. Como ya se podía cocinar cada vez más dentro de la casa, comenzaron a elaborarse ollas de bronce y cobre que sustituían el barro donde se hervían los alimentos.
Leonardo Da Vinci inventó un sistema giratorio a modo de polea para asar, algo muy importante al introducir nuevas formas de cocinar.
Los años hicieron que las clases altas se separaran cada vez más de la cocina. Las chimeneas que salían de ella pasaban por los azulejos de los grandes salones caldeando las habitaciones donde se empezaban a dar fiestas. Estas reuniones sociales se estaban convirtiendo en fundamentales y no podía entrar en ella ni el humo ni la suciedad que dejaba la cocina.
Las clases menos pudientes sin embargo tenían una sola habitación donde debían comer, estar e incluso dormir por eso la zona del fuego solía estar en la entrada.
Durante muchos años en Italia la cocción se realizaba en un horno público y su titular cobraba por prestar el servicio. Allí se hacían las sopas, potajes y caldos y luego se recalentaban en los hogares.
En el siglo XVIII con las clase media las grandes cocinas de los adinerados se redujo y por ello incluyeron la mesa. Poco a poco la vida se fue haciendo alrededor de esta habitación. Pero la necesidad de evolucionar la estancia de la cocina surgió en el siglo XX. Debido a la Segunda Guerra Mundial las mujeres italianas tuvieron que salir de sus casas para cubrir los puestos de trabajo que abandonaban los hombres al tener que ir al frente. Una mujer austriaca Schutte-Margret Lihotzky diseñó por primera vez una cocina para la ‘vivienda social’. A partir de ahí todo se revoluciona. Se eliminan los gases y los olores de cocción, comienzan a diseñarse muebles específicos para los utensilios de cocina y todo se torna más agradable.
Cuando termina la Segunda Guerra Mundial y todo queda en calma hay momentos para el esparcimiento, el relax y el ocuparse de las cosas bonitas. Surge la decoración del hogar y empieza el diseño sobretodo en los años 60 donde Italia es puntera por su estilo y buen gusto.
El lugar más apartado de una casa se convirtió en el más transitado y los italianos hicieron de la cocina el sitio por excelencia y cada país fue evolucionando en diseño. Algo que nos cuenta muy bien Rocío Esquilas en su blog Meu Canto con el post Cocinas por el Mundo: Roma, y su visión desde el punto de vista de la decoración.
La primera foto de la cocina romana sin chimenea es de www.scv3d.com y la segunda foto de la cocina romana con chimenea está sacada del blog http://villafortunatus.wordpress.com/2010/05/26/la-cocina/ donde también hay varios apuntes muy interesantes sobre la cocina romana. La última es un modelo nuestro de la firma Arrital.